Terror a bordo del remís en Entre Ríos. La joven volvía a su casa de madrugada y se tuvo que tirar del vehículo por el gran temor que le infundió el conductor con sus actitudes sexuales.
Una joven de 27 años que pretendía volver a su casa en la madrugada desde la costanera de Gualeguaychú, abordó un remís y según denunció en la Policía, el chofer se le insinuó sexualmente en dos ocasiones y originó que se arrojara del auto por el temor que le infundieron sus palabras.
El caso sucedió a las 3.30 cuando la denunciante tomó un remis en la esquina de 25 de Mayo y Pronunciamiento con dirección a la zona noroeste de Gualeguaychú. Según su relato, cuando abordó el móvil, el chofer hablaba a través de su teléfono celular y arrancó el vehículo sin que la pasajera le indicara el destino.
El auto tomó por Bolívar y llegando a plaza Gardel, en la intersección con Camila Nievas, el hombre de unos 40 años cortó la comunicación y se excusó con la joven que viajaba en el asiento trasero diciéndole: “Mi mujer me controla porque la tengo grande”. Esto originó una gran incomodidad en la pasajera, pero prefirió hacerse la desentendida y le indicó su destino.
Pero el hombre redobló la apuesta y en el trayecto – según relató la víctima en su denuncia – le dijo en más de una oportunidad: “Acá hay una calle oscura ¿querés que paremos” . Para ese momento la joven atravesaba una situación de muchos nervios y miedo porque desconocía cuál era la intención del chofer.
Todo se agigantó cuando ella notó que el camino que estaba realizando el vehículo no era el que debía tomar para llegar al domicilio deseado, “sino a otra calle bastante oscura donde empezó a bajar la velocidad”. La joven decidió abrir la puerta del auto y arrojarse por el temor que le infundía la situación. De allí salió corriendo y se sentó en el portón de una casa desde donde llamó a otro remis de la misma empresa.
Cuando el segundo móvil acudió a buscarla, le indicó al chofer lo que le había ocurrido con su colega y juntos fueron hasta la agencia. El operador escuchó el relato de la joven y le informó el nombre y apellido de la persona que ella denunciaba. Luego, subió nuevamente al remis y se dirigió a su casa, y desde allí se comunicó con sus amigas para contarles lo sucedido.
Minutos después recibió el mensaje de una de ellas informándole que estaba afuera y que le abriera la puerta. Cuando la joven acude y le abre la puerta a su amiga, llega al domicilio el chofer denunciado a la casa. La denunciante gritó “es ese” e ingresó a la vivienda, mientras que su amiga quedó afuera, lo enfrentó y lo amenazó con llamar a la Policía si no se iba. Más tarde, y ya un poco más tranquila, decidió realizar la denuncia aportando la identidad del remisero, el tipo de vehículo y número de móvil que manejaba y el dominio del rodado.
ElDía se comunicó con la empresa prestadora del servicio y se informó que el hombre fue desafectado inmediatamente después de conocido lo ocurrido. Se indicó que hacía poco tiempo trabajaba en el lugar y se aclaró que no era propietario del rodado, “solo era chofer”. Además se informó que está a disposición de las autoridades la hoja de ruta que se obtiene satelitalmente por el sistema informático que tiene la remisería.